La economía colaborativa se ha convertido en un extraordinario yacimiento de ideas de negocio innovadoras. La combinación del concepto de consumo colaborativo con la facilidad para conectar oferta y demanda en las plataformas digitales permite idear infinidad de oportunidades de negocio.
Todos tenemos cosas que muy a menudo no usamos y tenemos infrautilizadas. Desde la segunda vivienda hasta el coche, pasando por la plaza de garaje, el ancho de banda del router wifi o la bici. Y por ahí seguido, hasta recursos financieros y sitio en nuestra mesa a la hora de cenar. En todos estos casos, y muchos más, ya hay plataformas para poner en contacto a particulares y cerrar acuerdos mutuamente beneficiosos.
Las ventajas son evidentes; se satisfacen necesidades existentes, a costes más asequibles y se aprovechan recursos que de otra forma estarían ociosos. Y en algunos casos se reduce la huella de carbono. Estos nuevos modelos de negocio se basan en facultar a las personas para obtener lo que necesitan de otras personas, y hacerlo de forma más eficiente que las empresas y corporaciones que operan en los mercados convencionales que atienden a esas necesidades.
La economía colaborativa, que también se ha denominado economía compartida (sharing), economía P2P o malla (mesh), ya tiene sus apóstoles, y Lisa Gansky es una de las más destacadas. En esta charla en TED Lisa nos presenta a la malla como el futuro de los negocios.
Y efectivamente, por lo que llevamos visto (en esta página mantienen actualizada una lista, ya larga, de startups operativas de consumo colaborativo) y por el potencial que se le presume al concepto, la economía colaborativa es un auténtico yacimiento de oportunidades para emprendedores.