EL START-UP PITCH

El start-up pitch es un evento/discurso breve de presentación de un proyecto o emprendimiento ante potenciales clientes o financiadores.

La principal característica del start-up pitch es su duración: entre tres y cinco minutos. En ese tiempo el emprendedor debe ser capaz de describir su proyecto o empresa utilizando unas pocas ideas muy claras y atractivas que capten la atención y el recuerdo del auditorio.

El objetivo final del start-up pitch es seducir y conseguir el interés del potencial inversor para “arrancarle” una entrevista posterior en la que, ya con más tiempo, se pueda profundizar mucho más en el proyecto y, sobre todo, en los detalles de la oportunidad y el plan de negocio.

Para activar esta curiosidad e interés, algunas de las cosas que mejor funcionan son hablar con pasión e ilusión, y dar respuesta, al menos, a las siguientes preguntas:

• ¿Quiénes son los emprendedores y cómo justifica su experiencia profesional el proyecto empresarial?
• ¿Cuál es el modelo de negocio?
• ¿Qué se necesita para lograr los objetivos?
• ¿Qué oportunidades hay en el mercado y cuáles serían las posibles estrategias de salida?

Uno de los peores errores que puede cometer el emprendedor al presentar a inversores o potenciales clientes es malograr su oportunidad frente a ellos, es decir, su start-up pitch.

Sin una idea clara y cautivadora de lo que hace la empresa, la start-up, los inversores y potenciales clientes, normalmente asediados por presentaciones y ofertas de todo tipo, no concederán la opción de explicar en detalle el plan de negocio.

Los cuatro pilares de un buen start-up pitch son:

• Claridad: el lapso de atención de los interlocutores es muy corto, minutos en la mayoría de los casos, por lo que ser claro y conciso es vital. La claridad siempre triunfa frente a la persuasión vacía.

• Simplicidad: es fundamental ser bien entendido, para lo que hay que eliminar todo lo superfluo, la jerga técnica, los argumentos complicados, las frases subordinadas, … Pista: pensar en una audiencia de niños de cinco años.

• Práctica: hay que ensayar hasta que la presentación salga perfecta y natural. Si es preciso, frente al espejo, pero siempre mejor si es frente a un auditorio crítico y con buen criterio, que permita una realimentación para mejorar en cada ensayo.

• Pasión: el pitch tiene que ser memorable, único y atractivo, y tiene que transmitir entusiasmo y compromiso.

Las claves para asegurar el éxito en un start-up pitch son:

• Capturar a la audiencia: los inversores – angel investors, venture capitalists, … – están sometidos a un “bombardeo” de pitchs continuamente. Es esencial cautivar su imaginación y atraer su interés con algo único e irresistible.

• Problema: hacer consciente a la audiencia de la existencia de un problema que se quiere afrontar, pero entrar rápidamente en el remedio al mismo.

• Solución única: proponer algo nuevo y diferenciado de lo que ya existe. ¿Qué podemos ofrecer que no está al alcance de nadie más?

• Equipo: los inversores apuestan por personas y, por tanto, su valoración del equipo emprendedor es esencial para su toma de decisión. Credibilidad y compromiso son los factores clave de dicha valoración.

• Tracción: ¿qué potencial tiene el producto/servicio propuesto en su mercado? ¿Es escalable?

• Cierre: hay que conseguir una cita posterior para tener la oportunidad de explicar los detalles del plan de negocio; ésta es la medida del éxito del start-up pitch.